Escritura terapéutica es una actividad que nos ayuda a tener un poco de paz y equilibrio emocional. Expresar sentimientos, cosas importantes, sucesos que nos deprimen y generan angustia, nos permite aligerar un poco la carga.
Escribir a mano, si te es posible por la mañana, al despertar lo primero que se te ocurra, te ayuda a comprender mejor, conflictos en la vida, a sanar heridas, te permite empezar el día centrado. En silencio sin distracciones, no pensar, escribir lo que viene a tu mente, vaciar tu pensamiento en el papel, hacerte preguntas te da acceso a la información que está en tu mente.
Has un Diario de emociones, escribe cuales fueron tus emociones más importantes y recurrentes en el día, y si te es posible identifica que provoca esta emoción, cómo se siente en el cuerpo, que ideas y comportamientos te genera, sin juzgar. Sólo se trata de hacer consciencia.
Escribir es una poderosa herramienta que nos sirve para expresar y canalizar lo que sentimos, y nos ayuda a enfrentar aquellos sucesos que nos hacen vulnerables o nos causan sufrimiento, cuándo no sabemos qué hacer con aquello que nos pesa o nos duele. Al escribir lo que sentimos soltamos y liberamos.
La escritura es la forma visible en que expresamos ideas, emociones, sensaciones, deseos, miedos, sufrimientos. Los problemas no se solucionan solo con escribir, pero al ponerlos en el papel y leerlos en voz alta puedes tener otra perspectiva de las cosas que estás viviendo o sintiendo.
La escritura nos permite desahogar penas y dolor generados por la violencia, procesar experiencias dolorosas, comunicarnos con nosotros mismos y/o con los demás que están y los que no. Así se desbloquean las emociones guardadas desde hace mucho, escribir te ayuda a ordenar tus pensamientos y a darle sentido lógico a los acontecimientos que no entiendes así que, es más fácil identificar las situaciones que estas viviendo.
Al escribir puedes plantearte metas, objetivos y establecer así un plan de acción, no dudes en buscar ayuda cuando sientes que la situación te supera. Los conflictos salen a la luz, escribir rompe con las ideas rumiantes y permite hacer conciencia de hacia donde debes trabajar o buscar ayuda para superar la situación.
No guardes lo que te dule o hace daño, suelta todo lo negativo que hay en tu mente y corazón. Poner en papel las emociones que tienes cambia el estado de ánimo.
Escribe todo lo que se te ocurra. Escribe lo que desees, compra un cuaderno especial y escribe todo lo que te pase por la cabeza. Escribe cartas para ti, para tus seres queridos presentes o fallecidos, o para aquellos que te han hecho daño. Puedes mandarlas o no, romperlas, leerlas en voz alta, se trata de hacer aquello que te ayude a sentirte mejor al externar lo que te afecta.
Expresa lo que sientas ira, pena, vergüenza, cuenta lo que te aflige, entristece, lo que te hizo daño en una situación concreta. Sin juzgar, acusar, o reprochar, expresa lo que quisiste decir o hacer en ese momento.
También pueden ser cartas al que te lastimó, expresando lo que sientes hacia esa persona o ti mismo, dandote el apoyo y protección que necesitas.
Expresa como te hubiera gustado ser tratado, como te hubiera gustado que fueran las cosas. Busca siempre tu tranquilidad, expresando lo que sientas.
Escribe en tercera persona. puedes ponerle un nombre, cambiarle el género o narrar que aprendiste de eso.
Da las gracias a diario, por permitirte expresar lo que sientes, te ayuda a estar mejor.
Escribe que quieres en la vida.
Busca una fotografía y dale voz a esa niña interior, tomar contacto con ella.
Escribir se trata de crear un espacio para el autocuidado, un lugar que incluye creatividad escucha interior, y amor propio, a través de un viaje interior, en algunos casos es un viaje complejo pues se trata de hacer frente a emociones difíciles y desafiantes, a pensamientos que nos generan angustia. El objetivo es que en este espacio de escucha íntima podamos aprender y sanar de estos momentos de desafío.
La escritura nos permite poner en orden estas emociones, abordar retos personales de forma consciente para dar un lugar y una voz a esos pensamientos recurrentes, y poder abordarlos con perspectiva y poder integrarlos a tu historia de vida, dando sentido y propósito esta, haciendo conscientes los valores que nos guían y las fortalezas para seguir adelante.
La narración escita es una forma de recolectar vivencias y emociones, es una forma de encontrarnos con nosotros mismos, con la persona que somos, con nuestras heridas y con aquellos que ya no están cerca o que nos causaron algún daño. También nos permite conectar pensamiento y acción a través del autoconocimiento y resurgir de las tormentas.
Detente un momento, busca un espacio tranquilo que te permita conectar contigo, en silencio o con música sueve, dejándote llevar por tu intuición, creando un testimonio de vida, un conjunto de emociones, pensamientos, aprendizajes que te dejaron los desafíos vividos.
Puedes escribir las cosas de las que has sido capaz, cosas que has descubierto de ti, de que te has dado cuenta, de lo que te sientes orgulloso o de lo que te avergüenzas, esta información es personal, única y catártica.
Viajar al pasado nos hace conscientes del aprendizaje adquirido, pero sobre todo de las fortalezas con las que contamos en los momentos difíciles. No te juzgues, simplemente observa y anota, elige un momento que haya sido crucial, que signifique un desafío y narra ¿Qué aprendiste? ¿Qué cosas descubriste de ti, en ese momento y que de no ser por eso que viviste no habrías descubierto? Enumera las fortalezas, habilidades, intensiones y valores que te ayudaron a sobrellevarlo.
Esto, te ayuda a encontrar soluciones a emprender acciones que te permitan reequilibrar la vida, se trata de pensar en acciones pequeñas o grandes, compromisos, intenciones de cambio que sean coherentes con tus ideales y valores. Descubre ¿qué quieres que siga pasando en tu vida?, ¿qué quieres que cambie? y ¿qué compromisos debes hacer contigo para lograr estos cambios? Esto puede ir desde pequeñas acciones hasta pedir ayuda profesional para logar este equilibrio que necesitas.
Cuando al escribir te encuentras con tus miedos, míralos y reconocerlos te hará más fácil enfrentarlos, con tu identidad, quien eres, como te defines, y con personas significativas en la vida, estas personas pueden estar presentes físicamente o ya no, o ser personas con las que tienes conflictos no resueltos, al tener otra visión puedes sanar o buscar las herramientas y apoyo necesario para alcanzar el equilibrio que necesitas.
Marcela Barrera