El Violentómetro Virtual es, una herramienta gráfica y educativa diseñada para visualizar las diferentes manifestaciones de violencia.
Su objetivo principal
es: concientizar y ayudar a las personas a identificar y reconocer las
distintas formas de violencia, desde las más sutiles hasta las más extremas, desmitificar
la idea de que la violencia "pequeña" no es importante, mostrando
cómo estas conductas pueden escalar y convertirse en situaciones de mayor
peligro, prevenir y fomentar relaciones saludables basadas en el respeto y la
igualdad y proporcionar una herramienta para que las personas puedan evaluar sus
propias relaciones y las de su entorno y tomar medidas para prevenir la
violencia.
El Violentómetro Virtual, es una escala gradual: Organiza
las manifestaciones de violencia en una escala de tres niveles, representados
por colores (verde, amarillo y rojo), que indican la gravedad de
la situación.
Nivel 1: ¡Ten cuidado! Color: Verde (precaución) Señales de alerta. La violencia puede comenzar con
pequeñas acciones que parecen inofensivas.
Nivel 2: ¡Reacciona! Color: Amarillo-Naranja (alerta) La violencia se intensifica. Es importante tomar
medidas y buscar ayuda
Nivel 3: ¡Pide ayuda! Color: Rojo (peligro) La violencia es grave y pone en peligro la integridad
física y emocional.
Parámetros del violentómetro virtual:
Exclusión virtual se refiere a la situación en la que
individuos o grupos se encuentran en mayor riesgo de sufrir violencia digital
debido a la carencia de herramientas y recursos, esto incluye la falta de
dispositivos seguros y conexiones a internet confiables, lo que limita la
capacidad de buscar ayuda o documentar la violencia; falta de conocimiento
sobre cómo configurar la privacidad en redes sociales, cómo identificar y
reportar contenido abusivo, o cómo protegerse del ciberacoso, aumentando la
vulnerabilidad. Esto también incluye la incapacidad para reconocer y evitar
estafas en línea y otras formas de manipulación.
La falta de redes de apoyo, tanto en línea como fuera de línea, puede aumentar el aislamiento y la dificultad para buscar ayuda.
Insultos electrónicos se definen como el uso de lenguaje ofensivo, despectivo, humillante dirigido a una persona o grupo a través de plataformas digitales. Estos pueden incluir mensajes directos, es decir insultos enviados a través de mensajes de texto, correos electrónicos o mensajes privados en redes sociales; comentarios públicos ofensivos publicados en foros, redes sociales, blogs o cualquier otro espacio público en línea; compartir contenido diseñado para ridiculizar o avergonzar a la víctima.
Pueden causar daño emocional, sentimientos de humillación,
vergüenza, ira y tristeza, aislamiento social, o problemas de salud mental,
como ansiedad, depresión y otros problemas de salud mental.
Violación a los datos personales implica la obtención, difusión o uso no consentido de información personal de una persona, como información de identificación: nombre completo, dirección, número de teléfono, correo electrónico o números de identificación; información privada: fotos, videos, mensajes, conversaciones, publicaciones en redes sociales, historial de navegación; información sensible: orientación sexual, creencias religiosas, opiniones políticas, información de salud; información financiera: números de tarjetas de crédito o cuentas bancarias.
Doxing: Publicación de información personal de la víctima en
línea sin su consentimiento, con el objetivo de acosarla, intimidarla o
exponerla al peligro.
Acecho/Stalking se define como el uso de medios
electrónicos para acosar, intimidar, controlar o amenazar a una persona. Este
comportamiento puede incluir un monitoreo constante, un seguimiento de la
actividad en línea de la víctima en redes sociales, foros, blogs y otras
plataformas. El uso de software espía para rastrear la ubicación, los mensajes
y las llamadas de la víctima, asi como una comunicación no deseada: envío de
mensajes, correos electrónicos o llamadas telefónicas o la publicación de
comentarios o mensajes ofensivos en las redes sociales de la víctima.
Hostigamiento virtual se define como el uso de medios
electrónicos para acosar, molestar o perturbar a una persona o grupo, de manera
persistente y no deseada. Este comportamiento puede incluir envío de mensajes
ofensivos o amenazantes a través de correo electrónico, mensajes de texto,
redes sociales o cualquier otra plataforma digital. Publicación de contenido
humillante o difamatorio, fotos, videos, comentarios o información diseñada
para avergonzar o dañar la reputación de la víctima
El hostigamiento virtual se caracteriza por un patrón de comportamiento repetitivo y persistente. El agresor tiene la intención de causar daño emocional o psicológico a la víctima. También suele tener una posición de poder o ventaja sobre la víctima, ya sea por su anonimato, su número o su capacidad técnica. Este tipo de violencia puede llegar a un público muy grande.
Suplantación virtual se define como el acto de crear o utilizar una identidad falsa en línea, con el objetivo de engañar, manipular o perjudicar a otra persona. Este comportamiento puede incluir creación de perfiles falsos en redes sociales, foros, blogs o cualquier otra plataforma digital, utilizando la información personal o la imagen de la víctima. También acceso no autorizado a cuentas o pirateo de cuentas de correo electrónico, redes sociales u otras plataformas digitales para hacerse pasar por la víctima. Usar la identidad de la víctima para cometer fraudes, realizar compras en línea, solicitar préstamos o realizar otras transacciones financieras. Incluye difusión de información falsa o difamatoria.
La sextorsión se define como el acto de amenazar con
difundir imágenes o videos sexuales explícitos de una persona, con el fin de
obtener algo a cambio. Este "algo" puede incluir dinero, el
extorsionador exige un pago para no publicar el material; más imágenes o videos,
el extorsionador exige que la víctima envíe más contenido sexualmente explícito; actos sexuales, se exige que la víctima realice actos sexuales o cualquier
otro tipo de favor.
La difusión de contenido íntimo sin consentimiento se define como el acto de compartir, publicar o distribuir imágenes o
videos de contenido sexual explícito de una persona, sin su permiso, a través
de internet, redes sociales, aplicaciones de mensajería o cualquier otra
plataforma digital. Este comportamiento puede incluir publicación de fotos o
videos íntimos, difusión de contenido sexual obtenido con engaño, o distribución
de contenido sexual grabado sin consentimiento.
La trata virtual de personas se define como el uso de medios electrónicos, como internet, redes sociales, aplicaciones de mensajería y otras plataformas digitales, para captar y reclutar víctimas, a través de ofertas de trabajo falsas, promesas de relaciones románticas, concursos o sorteos en línea. Mediante la creación de perfiles falsos en redes sociales o aplicaciones de citas y a través del engaño, la manipulación o la coerción en línea; trasladar y transportar víctimas, coordinando el traslado de las víctimas a través de plataformas en línea y el uso de la tecnología para monitorear y controlar los movimientos de las víctimas.
Explotar a las víctimas: Obligando a las víctimas a realizar
actos sexuales en línea (ciberprostitución). Explotando a las víctimas para la
producción de contenido sexual en línea. Utilizando, a las víctimas para
cometer fraudes o estafas en línea u obligando a las víctimas a realizar
trabajos forzados en línea.
La violencia virtual es una realidad alarmante que afecta a personas de todas las edades y géneros en todo el mundo. El Violentómetro Virtual se presenta como una herramienta fundamental para combatir este problema, al proporcionar información clara y accesible sobre las diferentes formas en que se manifiesta la violencia en línea. Es crucial reconocer que la violencia virtual no es un problema aislado, sino que está estrechamente relacionada con la violencia de género y otras formas de discriminación.
Es responsabilidad de todos tomar medidas para prevenir y abordar la violencia virtual. Esto implica educar a la población sobre los riesgos y las consecuencias de la violencia en línea, promover el uso seguro y responsable de las tecnologías digitales, y garantizar que las víctimas tengan acceso a recursos de apoyo y justicia.