La
violencia escolar, también conocido como maltrato escolar, acoso escolar o en
ingles Bullying, es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico,
producido entre escolares de forma reiterada, a lo largo de un tiempo
determinado y se puede dar dentro del aula, en los espacios comunes de las
escuelas, fuera de ellas y a través de las redes sociales, es decir, ciber-acoso.
El acoso emocional es el que se presenta con mayor frecuencia.
La
violencia en las escuelas no es un fenómeno nuevo, siempre ha existido, lo que
lo hace ahora más visible son los medios de comunicación, es por esto que
afecta a más personas y que la sociedad se ha vuelto más sensible al problema.
Sin embargo es un problema que actualmente tiene serias repercusiones, pues no
se trata de casos aislados, que se pueden solucionar a través de la represión,
de juzgar a los agresores y castigarlos. Es un problema que se tiene que atacar
con una visión educativa.
PERFIL PSICOLÓGICO DEL AGRESOR:
Los
agresores escolares pueden tener muchas características físicas diferentes,
aunque generalmente tienen mayor fortaleza física parecen estar siempre en
problemas o bien ser muy populares, la única característica que siempre tienen
en común, es que se sienten inseguros y su manera de solucionarlo es
agredir a los demás o fanfarronear al respecto pues así se sienten mejor.
Tienen
una personalidad agresiva y fuerte e impulsiva, no sienten empatía por los
demás, no pueden controlar sus ataques de ira, perciben de manera equivocada
las intenciones de los demás pues siempre creen que los están agrediendo, es
autosuficiente pero no tienen la capacidad de sentir culpa, la víctima de su
agresión siempre se lo merece, no puede resistir la frustración, puede ser
hiperactivo, no tiene la capacidad para aceptar normas o negociar con los
demás, no tiene habilidades sociales y le cuesta mucho solucionar sus problemas
con los demás negociando y si no se atiende a tiempo, puede tener problemas de
delincuencia en el futuro.
En
cuanto al ámbito social tiene dificultades para integrarse a la sociedad, a la
escuela y a la familia, presenta poco interés en la escuela y relaciones
familiares mal encausadas. La familia no le pone límites en cuanto a su propia
agresividad, al mismo tiempo puede ser víctima de agresión familiar, por
parte de sus padres o hermanos mayores, constantemente siente que sus padres o
maestros no le prestan atención. Es muy frecuente que este comportamiento
violento sea aprendido, que sus padres o hermanos mayores utilicen la violencia
para conseguir lo que quieren. Además son chicos constantemente expuestos a la
violencia a través de la televisión, el cine o
los videojuegos.
El
agresor puede ser:
Activo:
Se relaciona directamente con la víctima, agrediéndola directamente.
Pasivo:
Dirige o induce a sus seguidores para que ellos sean los que realicen actos
violentos contra las víctimas.
PERFIL PSICOLÓGICO DE LA VÍCTIMA:
La
víctima de agresión escolar tiene muy
poca confianza en si misma, no puede defenderse sola, esto la vuelve vulnerable
y la hace ser víctima de uno o varios agresores. Tiene una personalidad muy
insegura, baja autoestima, alto nivel de ansiedad, son débiles y sumisos, introvertidos y tímidos, con pocas habilidades sociales y una
gran incapacidad para relacionarse con los demás, por lo tanto es muy común que
estén solos, pues casi no tienen amigos. Son inmaduros para su edad.
En
algunos casos los chicos o chicas después de haber sufrido una agresión y no saber
como enfrentarlo se sienten y se convierten en víctimas antes de serlo, pues su
autoestima queda muy lastimada y caen en un espiral de victimización, siendo ellos mismos los primeros que se convencen de
que son y serán siempre las víctimas. Pueden empezar a presentar trastornos
psicológicos que les permitan escapar de la agresión, protegiéndose a través enfermedades
imaginarias, buscando siempre evitar ir a la escuela.
Físicamente
son menos fuertes, pueden usar lentes o sufrir de obesidad, tener algunos
rasgos físicos distintos a la mayoría. En ocasiones pertenecen a una minoría
con ciertas características raciales o de género.
En la
familia pueden ser niños sobreprotegidos y dependientes de los padres.
En el
ámbito social tienen muchas dificultades para hacer amigos, cuando lo hacen
se apegan a ellos creando lazos de dependencia, son obligados a obedecer aun
cuando no están de acuerdo con sus amigos, cayendo en la vulnerabilidad social,
encaminándolos a la sumisión y victimización. Son los menos populares de la
clase y no tienen una red social de apoyo, entre sus compañeros o maestros. Poco
a poco se instalan en el aislamiento
social, en el miedo y en la soledad que los predispone a ser agredidos por los
demás.
La
víctima puede ser:
Activa
o provocativa: Son alumnos con problemas de concentración y tienen conductas
que irritan a los demás, dando así pretexto a sus agresores para justificar sus
conductas.
Pasiva:
Es la más común, son callados e inseguros ante la agresión, lo que es
interpretado por el agresor como desprecio, pues no responde a sus ataques.
El
problema de la violencia escolar implica relaciones de poder entre el agresor y su víctima, en donde la víctima percibe
a su agresor como más fuerte que ella, generando una serie de consecuencias
psicológicas en la víctima, llevándola en algunos casos a pensar incluso en el
suicidio, por eso es predominante que como papás estemos muy al pendiente del
comportamiento de nuestros hijos. Si se aíslan, están callados y retraídos, no
quieren ir al colegio, se sienten mal físicamente o baja su rendimiento
escolar, pueden estar siendo víctimas de Bullying.
Si por el contrario, no
pueden canalizar de manera sana su frustración, se muestran agresivos con los
más débiles, presentan comportamientos violentos, agresivos, explosivos y
groseros, pueden ser agresores escolares. Los dos necesitan ayuda.
MARCELA BARRERA