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Protegiendo a Nuestros Niños: La Realidad del Maltrato Infantil



    El maltrato infantil es un problema mundial con graves consecuencias que se arrastran toda la vida. Seis de cada diez niños menores de cinco años sufren regularmente castigos corporales o violencia psicológica por parte de sus progenitores o cuidadores. Además, una de cada cinco mujeres y uno de cada siete hombres declaran haber sufrido abusos sexuales en la infancia.

Cada año, se calcula que 40,150 menores de 18 años mueren por homicidio, muchas veces como consecuencia del maltrato. Estas muertes a menudo se atribuyen erróneamente a caídas, quemaduras, ahogamientos u otras causas. Durante los conflictos armados, las niñas están especialmente expuestas a la violencia, explotación y abusos sexuales por parte de soldados, fuerzas de seguridad, miembros de su propia comunidad y trabajadores de asistencia humanitaria.

El maltrato infantil se define como cualquier forma de abuso o desatención que afecte a un menor de 18 años. Esto incluye maltrato físico o emocional, abuso sexual, desatención, negligencia y explotación comercial o de otra índole que dañe o pueda dañar la salud, el desarrollo o la dignidad del menor, o que ponga en peligro su supervivencia en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder.

Tipos de maltrato infantil:

  1. Maltrato físico: Agresión física que pone en riesgo la integridad del niño o niña.
  2. Abuso sexual: Cualquier actividad sexual con un niño o niña, como exposición a material pornográfico, relaciones sexuales o tocamientos.
  3. Maltrato psicológico: Ataques verbales contra el niño o niña, como reprenderles continuamente, ignorarles o aislarles.
  4. Maltrato médico: Proporcionar información falsa sobre la enfermedad de un niño que requiere atención médica, poniendo en peligro su salud.
  5. Abandono: Falta de provisión de comida, refugio, afecto, educación o atención médica.
  6. Trabajo infantil: El trabajo infantil se define como cualquier trabajo que priva a los niños de su niñez, su potencial y su dignidad, y que es perjudicial para su desarrollo físico y psicológico. Es cualquier actividad peligrosa y perjudicial para el bienestar físico, mental o moral del niño y que interfiere con su escolarización, privándole de la oportunidad de asistir a la escuela, obligándole a abandonarla prematuramente o exigiéndole que intente combinar la asistencia a la escuela con largas jornadas de trabajo pesado.

Consecuencias del maltrato

El maltrato infantil tiene graves consecuencias físicas, sexuales y psicológicas tanto a corto como a largo plazo. Entre ellas se incluyen lesiones, estrés postraumático, ansiedad, depresión e infecciones de transmisión sexual, incluida la infección por VIH. Las adolescentes pueden sufrir problemas de salud adicionales, como trastornos ginecológicos y embarazos no deseados. 

El maltrato infantil también puede afectar el rendimiento cognitivo y académico, y está relacionado con el abuso de alcohol, drogas y tabaquismo.

El estrés derivado del maltrato puede alterar el desarrollo temprano del cerebro, afectando los sistemas nervioso e inmunológico. Los adultos que han sufrido maltrato en la infancia tienen mayor riesgo de sufrir problemas físicos, psicológicos o de comportamiento, como:
  • Comportamientos violentos (como perpetrador o víctima)
  • Depresión
  • Tabaquismo
  • Obesidad
  • Comportamientos sexuales de alto riesgo
  • Embarazos no deseados
  • Consumo nocivo de alcohol y drogas
La violencia contra los niños también genera desigualdades en la educación. Los niños que han sufrido violencia tienen un 13% más de probabilidades de no acabar la escolaridad.

Factores de riesgo:

Factores ligados al niño

Es importante insistir en que los niños son siempre las víctimas del maltrato y nunca los culpables. Sin embargo, ciertas características pueden aumentar la probabilidad de maltrato:
  • Ser menor de cuatro años o adolescente.
  • Ser un hijo no deseado o no cumplir las expectativas de los padres.
  • Tener necesidades especiales, llorar persistentemente o presentar características físicas inusuales.
  • Tener una discapacidad intelectual o un trastorno neurológico.
  • Identificarse o ser visto como lesbiana, gay, bisexual o transgénero.

Factores ligados a los progenitores o cuidadores

Las características de un progenitor o cuidador que pueden aumentar el riesgo de maltrato infantil incluyen:
  • Dificultad para establecer un vínculo afectivo con el recién nacido.
  • Falta de cuidado hacia el niño.
  • Haber sufrido maltrato en la infancia.
  • Falta de conocimientos sobre desarrollo infantil o expectativas poco realistas.
  • Consumo nocivo de alcohol o drogas, incluso durante el embarazo.
  • Baja autoestima.
  • Dificultad para controlar los propios impulsos.
  • Trastornos psicológicos o neurológicos.
  • Participación en actividades delictivas.
  • Situaciones económicas precarias.

Factores ligados a la relación

Ciertas características de las relaciones intrafamiliares, de pareja o con amigos pueden acrecentar el riesgo de maltrato infantil:
  • Familia desestructurada o violencia entre sus miembros.
  • Aislamiento social o falta de una red de apoyo.
  • Falta de ayuda de la familia extensa para criar al niño.

Factores comunitarios y sociales

Algunas características de la comunidad o la sociedad pueden aumentar el riesgo de maltrato infantil:
  • Desigualdades sociales y de género.
  • Falta de vivienda adecuada o de servicios de apoyo a familias e instituciones.
  • Niveles elevados de desempleo o pobreza.
  • Acceso fácil a alcohol y drogas.
  • Políticas y programas insuficientes para prevenir el maltrato infantil, la explotación sexual y el trabajo infantil.
  • Normas sociales y culturales que promueven la violencia, respaldan los castigos corporales, imponen roles rígidos de género o restan importancia al niño en la relación entre padres e hijos.
  • Políticas sociales, económicas, de salud y educativas que generan condiciones de vida precarias o desigualdad e inestabilidad socioeconómicas.

Focos rojos

  • Aislamiento: El niño o niña no quiere salir de casa, ni relacionarse con nadie, dejando de lado las actividades diarias.
  • Cambios en la forma de actuar: El niño o niña puede demostrar enfado o volverse agresivo.
  • Reducción en el rendimiento escolar: El niño o niña no querrá ir a clase y sus calificaciones se verán afectadas.
  • Falta de confianza en sí mismo: El maltrato puede minar la confianza y causar depresión, ansiedad o estrés.
  • Robar dinero o alimentos: Signos de que un niño o niña puede estar desatendido.
  • Intentos de huir de casa: Necesidad de huir de casa, especialmente si es el lugar donde se produce el maltrato.
  • Intentos de suicidio: En casos extremos, el niño o niña puede intentar atentar contra su propia vida.

Prevención

Para prevenir el maltrato infantil y actuar frente a él, se debe adoptar un enfoque multisectorial. Cuanto antes se intervenga en la vida del niño, mayores serán los beneficios para él y para la sociedad. 

Las siguientes intervenciones son útiles:
  • Apoyo a padres y cuidadores: Sesiones de información y capacitación para fomentar una crianza cariñosa y sin violencia.
  • Formación y preparación para la vida: Aumento en una enseñanza de calidad, programas de prevención de abusos sexuales y creación de un clima escolar positivo.
  • Modificación de normas y valores: Programas para transformar normas sociales y de género restrictivas y dañinas.
  • Aplicación y cumplimiento de legislación: Prohibición de castigos violentos y protección contra abusos y explotación sexuales.
  • Servicios de respuesta y apoyo: Detección temprana de casos y atención continua a niños maltratados y sus familias.
Cuando hablamos de maltrato infantil, estamos encarando un problema multifactorial, que afecta al niño o niña, pero también a los adultos que están a su alrededor y que tienen la obligación de cuidar y respetar al menor, de velar por su seguridad, educación y adecuado desarrollo físico, emocional, mental y psicológico. El maltrato en los niños/as conlleva implicaciones en el pasado, presente y futuro; a nivel personal, familiar y social.

                                          
                                          Marcela Barrera

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