Las víctimas de una agresión sexual pueden reaccionar de muchas formas, dependiendo de su personalidad, la cultura y su contexto de vida. Algunas hablan y expresan sus emociones, mientras que otras lo callan. Algunas lo cuentan inmediatamente, otras pueden dejar pasar semanas, meses o años antes de hablarlo, hay que respetar la forma en que cada víctima reacciona ante el evento.
Entre las reacciones emocionales, físicas y psicológicas más comunes en la víctima son:
- Culpa y pena.
- Tristeza.
- Miedo y desconfianza.
- Vulnerabilidad.
- Aislamiento.
- Pérdida de control.
- Ira, enojo.
- Entumecimiento.
- Confusión.
- Negación.
- Vergüenza.
- Comportamientos de alto riesgo como: relaciones sexuales sin protección, iniciación temprana o múltiples parejas.
- Cambios en conductas como la alimentación o el sueño.
- Aumento a la respuesta de miedo y sobresalto.
- Preocupación por su seguridad personal.
- Lesiones físicas.
- Preocupación ante la posibilidad de un embarazo o el contagio de enfermedades de transmisión sexual, incluido VIH.
- Abortos inseguros.
- Traumatismo ginecológico.
- Disfunción sexual.
- Pesadillas.
- Recuerdos traumáticos.
- Depresión.
- Comportamientos suicidas.
- Trastorno de pánico.
- Dificultad al concentrarse.
- Trastorno de stress postraumático.
- Ansiedad.
- Uso o abuso de alcohol o drogas.
- Fobias.
- Baja autoestima.
La violencia sexual también afecta a los padres, amigos, hijos, pareja y compañeros de la víctima. Pueden sentir miedo, culpa o ira. Para poder ayudar a la víctima es necesario muchas veces que toda la familiar reciba ayuda, a través de apoyo terapéutico familiar, individual, de pareja o grupal.
También la comunidad se ve afectada, las escuelas, universidades, lugares de trabajo, centros culturales o religiosos, pueden sentir miedo, ira en sus miembros, además del desprestigio si la agresión se dio en alguno de estos lugares.
Por otro lado están los costos financieros para las comunidades, que incluyen servicios médicos, apoyo psicológico y los costos legales.
El proceso de sanación de una víctima de abuso sexual puede ser muy difícil y muy largo,
construyamos una cultura donde la violencia sexual no sea tolerada.
Actualmente hay un movimiento generalizado hacia un enfoque de salud pública, que reconoce que este tipo de violencia es causada por múltiples factores que interactúan a nivel individual, relacional, comunitario y social, por lo tanto, para abordar la violencia sexual se requiere de la participación de diversos sectores de la sociedad: el de salud, educación, bienestar social y justicia penal.
El enfoque de salud pública busca extender la atención y la seguridad a toda la población, poniendo énfasis en la prevención, dando el mismo tiempo servicios de apoyo adecuados a las víctimas.
En algunos países, en el tema de la prevención se han establecido registros de los agresores sexuales, la notificación a la comunidad de los mismos y la limitación en el acceso a ciertos lugares de riesgo para los agresores, así como la vigilancia electrónica de los agresores.
Se pueden establecer estrategias en las escuelas y universidades, en las cuales se previene la violencia en citas amorosas entre los jóvenes.
También se pueden establecer estrategias en los hogares, teniendo la información que permita controlar este problema.
Otras formas de maltrato pueden preceder a la violencia sexual, por eso es importante que desde el sector salud se hagan campañas para prevenir todo tipo de violencia. Otras estrategias incluyen la movilización social para promover cambios en las normas y comportamientos de género.
Debemos establecer una respuesta integral de apoyo a las víctimas y sobrevivientes de este tipo de violencia, es fundamental acercar la atención inmediata a la víctima:
- Apoyo psicológico
- Anticoncepción de emergencia (En de los cinco primeros días después de la agresión)
- Profilaxis para la infección del VIH (Dentro de los primeros tres días después de la agresión).- Información sobre aborto legal
- Examen forense, si la víctima decide denunciar a su agresor
- Asesoría legal
En todos estos ámbitos es fundamental que los profesionales que atienden a la víctima, sean competentes y sensibles, policías, psicólogos, médicos, jueces, etc. ante la situación de la víctima.
La información actualizada y completa sobre el tema, considerando los factores de riesgo, prevalencia y patrones de comportamiento, son básicos para generar las campañas de prevención y estrategias para controlar este problema de salud pública, además de generar leyes que protejan y soporten a las víctimas.