Uno de los
principales argumentos, que utilizan las mujeres maltratadas, para no salir de
una relación de abuso, es la falta de ingresos económicos, que le permitirían
salir adelante por ella misma y mantener a sus hijos. Este hecho se convierte
en un círculo vicioso, pues es una forma
de violencia.
El abuso económico se da cuando una de las dos partes en la
pareja tiene control sobre la otra en cuanto al acceso a los recursos
económicos, sin importar quien obtiene dichos recursos, lo que obliga a la
víctima a depender económicamente de su pareja transgrediendo el derecho
fundamental a la subsistencia.
El agresor manipula el dinero y es el dueño
absoluto de todos los bienes. Este es un delito que afecta tanto a las mujeres como a sus
hijos y es el segundo tipo de abuso que sufren las mujeres después de la
violencia psicológica.
También es
conocido como abuso financiero, que es el uso ilegal y no autorizado de bienes, propiedades o dinero de una persona,
muchas veces se emplea el fraude o la coerción sobre la víctima, que puede ser
la pareja o los adultos mayores.
La violencia
Patrimonial, son todas aquellas acciones u omisiones que ocasionan daño o
menoscabos en los bienes inmuebles de las mujeres y su patrimonio. Puede
incluir la sustracción, destrucción, desaparición, ocultamiento o retención de
objetos, documentos personales, bienes, valores o recursos económicos. En el
trabajo la mujer puede sufrir: percepción de un salario menor, explotación
laboral, exigencia de exámenes de embarazo o discriminación para la promoción
laboral.
- Impedir a la pareja, la adquisición de recursos, encontrar trabajo e ir ascendiendo en él.
- Impedir a la víctima obtener educación.
- Limitar la cantidad de recursos que tiene la víctima, aun cuando sea ella quien gana el recurso.
- Gastar el dinero de la víctima sin su consentimiento, creándole deudas o gastando todo su dinero para limitar sus recursos y crearle mayor dependencia.
- Explotar los recursos económicos de la víctima.
- El abusador puede forzar a la víctima a pedirle dinero, haciéndola sentir menos pues le manifiesta su incapacidad para hacer un buen manejo de los recursos.
- El agresor es el proveedor por excelencia, y todo es de él.
- Él controla cada peso y supervisa lo que gasta su pareja.
- También está el agresor que vive de su mujer y a pesar de que ella mantiene el hogar, él maneja todo el patrimonio, como dueño absoluto, fiscaliza y supervisa todos los gastos.
- El agresor nunca tiene dinero, no le pagan bien o le bajaron el sueldo, nunca dice cuánto gana y puede tener cuantas de banco o bienes escondidos de su pareja.
- Robo, fraude o destrucción de objetos que pertenecen a la víctima.
La Víctima:
- Tiene que mendigar a su pareja dinero para cubrir las necesidades de la familia.
- No tiene acceso ni a la chequera, ni a la cuanta del banco.
- Tiene que dar cuanta de todo lo que gasta.
- No participa en las decisiones económicas del hogar y si trabaja tiene que entregar su sueldo.
- Le restringe o niega el dinero suficiente para satisfacer sus necesidades básicas.
- No le permiten estudiar o trabajar para que no sea autosuficiente.
- La amenaza con no pagar la pensión alimenticia de los niños.
- El agresor le hace sentir a ella que, sin él, no tendría ni para comer.
- No le
reconoce el trabajo doméstico que realiza, pues es su obligación.
El abuso económico es un mecanismo de control, que forma parte de la violencia intrafamiliar, que se puede presentar en conjunto con otros tipos de violencia, sin embargo, el abuso económico limita a la víctima para salir de la relación violenta.
También el negarse a pagar la pensión alimenticia para los hijos, es una manera de presión y control sobre la pareja, que limita a la misma la posibilidad de salir de la situación de abuso.
En resumen violencia económica son todas aquellas acciones que afectan la economía y subsistencia de las mujeres principalmente, a través de limitaciones, encaminadas a controlar el ingreso de sus percepciones económicas. Es la restricción, limitación o negación injustificada para obtener recursos económicos personales.
MARCELA BARRERA